miércoles, 28 de abril de 2010

CARTA DE UN IDIOTA DESESPERADO


Todo era un desastre, la vida con mi padrino era solo problemas, pensábamos diferentes, y todo lo que yo quería hacer es estudiar periodismo, y él quería ingeniera. Para ser sincero, no soy nada inteligente, y solo por saber leer y escribir no me considero una bestia. Ya no aguantaba más, uno dirá “pero regresa con tu mamá”, “independízate”, “sabes broder, si quieres lo mato”. Pero la verdad escogí estudiar ingeniería, si lose, soy un completo idiota, pero que puedo hacer, mi vida me vale un carajo, amigos, uno por uno se van alejando. No quiero ser un gasto para mi madre, y no gano lo suficiente para vivir solo.


Quizás ahora allá perdido a mi única amiga, le hable mal. Odio cuando me da mi ataque de depresión, la verdad no sé porque me pasa esto, he dicho en muchas ocasiones que quiero que me internen, el día que aparezca muerto en mi cuarto…espero que no lloren por mí, solo imaginen que al fin terminaron mis problemas, y que después de todo, si soy bisexual, me gustan los hombres y me importa un carajo lo q piensen, a la única mujer que podría amar es a mi madre, al único hombre q puedo amar es a mi hermano.


No sé si será lo ultimo que escriba, además casi nadie lee mi blog, y para ser sincero que patético es ser yo, hoy no voy a dormir, hoy mirare las estrellas y me preguntare: “¿Aun no me quiero?”…

lunes, 5 de abril de 2010

FAGS


Maritza no dejaba de llamar, y diciéndome que no me iba a invitar a su boda. Como también me llamaba para tener sexo, la verdad es que también tenía ganas de tener sexo con ella, como a la vez también quería hacerlo con María. Con María nos volvimos buenos amigos, nos contábamos de todo, y empezó a haber química, y no me importaba su edad, realmente me sentía cómodo con ella.


Debo admitir que empezaba a extrañar el placer de hacer el amor con una mujer. Y en este mundo donde (gracias a otros arrechos como yo) se volvió muy sexual, y por cualquier lugar donde iba, mi mente se nublaba con el sexo de la calle. Tenía miedo de convertirme en un sucio parroquiano.


El sol ya se había ocultado, y los bohemios empezaron a salir de sus casas. Para mi suerte, mi padrino es bohemio, y yo termino como el joven aburrido (o quizás estúpido por no salir con sus amigos), cuidando la casa. Bueno me “divertía” escuchando a Daniel F, representando al “trova”, acompañado del whisky, que le regalaron a mi padrino, y cigarrillos. Todo iba normal, aburridaso, escuchando las penas de D.F., hasta que por fin sonó mi celular, era un amigo del instituto.
-Dime Diego, ese milagro que me llamas- le dije muy alegre, pues estaba algo mareado por el whisky.


-Hola, la verdad no me siento bien- lo dijo con mucha tristeza.- Lucia acaba de terminar conmigo.

Mierda, otro pobre idiota llorando por su “amada”.


-Bueno la verdad no sé qué decirte, ya sabes lo que pienso respecto al amor.
-Si lose, pero es que quiero que me ayudes, por favor.


No sabía que decirle, y solo le dije si quería acompañarme, no tenía ganas de salir. Lo invite a mi casa, le dije que podríamos tomar unos tragos y escuchar música, no le quedaba otra opción que venir, sabía muy bien que yo no iba a salir.


Cuando llego no dejaba de hablar de Lucia, la verdad es que preferí escuchar a Daniel F, criticando a la vida y mandando a la mierda al colegio, que a Diego hablando de un mundo de fantasías. Pero Diego era un amigo especial, gracias a él ingrese al instituto, me había pasado todo el examen resuelto y pude ingresar.


-La verdad es que quiero llamarla, y decirle que la amo- lo dijo con mucha pasión-, que no puedo dejar de pensar en todo esos momentos maravillosos que pasamos. Ahora no se qué hacer, ella era mi todo. Me siento solo.


Estaba a su lado, y decía que se sentía solo, yo simplemente me reía. No quería comentar nada, terminaríamos discutiendo por culpa de un problema como es el amor. Así que le serví más whisky, dándole ánimos y diciéndole: “nunca sabes lo que tienes, hasta el día que lo pierdes”.
Todo iba bien hasta que empezó a sonar la canción “Baticinios de Interludio” de D.F., Diego no soporto y empezó a llorar, el pobre estaba muy triste, sentía una gran impotencia por no poder ayudarlo.


-Escúchame, llorando no vas a solucionar nada,-le dije muy enojado- ella en estos momentos debe estar teniendo sexo con otro idiota, y tú sigues llorando por ella. Eres un triste huevon.
Cundo creí que me daría un golpe, él me beso.

¿Por qué yo?


Empezaba el día, con la misma rutina, escuchando el placentero sonido del sexo que hacían mis vecinos, el canto de unos pajaritos enamorados y los gritos de mi tía hacia mi tío, esa palabra que me identificaba mucho “maricon”. Quería encontrar mi leyenda personal, para poder morir con gracia, aun era joven tenia recién 18 años, pero yo me veía como un viejo. Postule a la universidad San Marcos a la carrera de derecho, con las esperanzas de imitar a mis escritores favoritos; Mario Vargas Llosa y Jaime Bayly, ambos estudiaron derecho pero no la utilizaron ya que solo estudiaron para darle el gusto a sus familiares. Lamentablemente yo no pude darle el gusto a mi familia.
Otros de mis pasatiempos era dibujar y escribir, no me llame escritor por la única razón de no estudiar lo que quería, así que pedía que me llamen solo un escribidor, pero muy pocos sabían esa faceta de mi vida ya que era un poco antisocial.

Era joven, con buena talla y me vacilaba mucho su forma de expresar sus pensamientos, pero su muerte marco mucho mi vida, sus ultimas palabras marcaron mi vida “perro de mierda, porque no me disparas si soy un simple hombre”, él para mi no era un simple hombre y el soldado se suicido después de matarlo porque sabía que nadie podría hacer lo mismo q izo el, unir todo Latinoamérica.

Tenía que decirle la verdad, había disfrutado mucho la noche de placer, pero aunque era Maritza con la que hacia el amor, solo tenia a Gina en mi cabeza. Eran las 4: 36 de la mañana y no sabia como decirle que quería terminar con ella. Maritza se levanto, me miro a los ojos y soltó un “te amo”, mi silencio fue mi respuesta. Ella salio de la cama, estaba completamente desnuda, saco cigarrillos de su cartera y empezó a fumar, en eso empezó a llorar y me dijo “se que ya no quieres nada conmigo, pero sabes yo lo ago porque mi cuerpo aun te ama y necesita de ti, aunque se que tu no me correspondes como yo quiero, en ocasiones pienso en suicidarme para terminar con esta mierda- nunca había escuchado hablar a Mariza así, me quede impresionado y seguía aun callado-, intente muchas cosas para que me vuelvas a amar pero no logre nada. Vamos te invito a tomar desayuno y de ahí te llevo a tu casa”. Mis únicas palabras esa mañana fueron “gracias” y “nos vemos”, me sentía matado y en parte tranquilo porque creí q ahora podría estar con Gina sin ningún resentimiento.

Me encerré en mi cuarto, vivía entre papeles, libros y mucha basura, pero aun así me sentía cómodo. Prendí la laptop y seguí escribiendo mi novela, pero las líneas eran hostiles y eso no me agrada, prendí un cigarrillo para la inspiración, había escuchado que el cigarro y el alcohol logran motivar a todo escritor, pero aun así mi cabeza estaba con lo que me había dicho Maritza. Salí a la tienda a comprar más cigarrillos, me atendió Delhi, era joven y con cuerpo brutal, tenia esa mirada que no le importaba nada, siempre pedía lo que estaba en el piso para ganarme con algo de sus voluptuosos senos, y ella me respondía con una sonrisa. Converse un poco con ella y me pidió que le ayude en una tarea de computación, no entendía aun porque quería que le enseñe computación, en eso me conto que su computadora se le había malogrado y no iba a las cabinas de internet porque mucho le molestaban; y por eso pedía mi ayuda, le dije que vaya a mi casa dentro de 15 minutos, sin saber lo que iba a ocurrir más adelante.

Seguía con mi novela, en eso suena la puerta, me había olvidado completamente de Delhi, fui y estaba ella con una minifalda y un polo que hacia notar gran parte de sus pechos, además de su mochila. Le dije que me espere en la sala de estudio de mi tío, tenía que grabar mi trabajo y apagar la laptop, no me había dado cuenta que Delhi me había seguido hasta mi cuarto hasta que escuche que cerro mi puerta.
- ¿Qué haces aquí?- le dije muy sorprendido.
- Tienes cigarros- me dijo con una sonrisa sensual- yo siempre trabajo en la computadora con un cigarrito pues.
- Claro espera que lo prenda- le dije sonriendo-, chupadito es más rico, o ¿no?
En eso ella me detuvo y saco de su mochila marihuana, yo quede impactado porque no creía eso de ella, quito mi cigarro de mi mano, saco toda la nicotina y puso su hierba.
- Se que estas escribiendo una novela – me decía eso mientras lo armaba-, tu solo escribe que a partir de ahora yo seré tu ninfa.
- Bueno, esta bien pero no prendas eso sino tendré problemas en mi casa.
- No te preocupes tu solo relájate.
Me abrazo y empezó a besarme, me sentó junto a la laptop, ella empezó a hacer bailes sensuales y solo me pedía que escribiera. No podía hacerlo, mis ojos estaban hipnotizados con su belleza de mujer, fue en eso que prendió su cigarro y se hecho en mi cama, me levante y ella me mando a sentar de nuevo, con la obligación de escribir. Empezó a desnudarse y no paraba de reírse, me dijo si quería probar y le conteste que las drogas no funcionaban en mí, me sentía más cómodo con mi lucky, me dijo que era un idiota y siguió bailando en mi cama.
- No sé si llegaras a ser un escritor famoso- me decía mientras se masturbaba-, pero si logras serlo hazme un favor y sácame de esta mierda en donde vivimos.
La mire y me di cuenta que empezó a llorar, y no fueron por sus palabras sino por el dolor que sentía por masturbarse. Tape mi laptop, moví mi silla y empecé a conversar con ella.
Empezó a contarme lo triste que fue su infancia, y que odia ser como es, porque todos los hombres lo miran solo con apetito sexual, y que ahora ultimo, su tío la había violado. Ella lloraba, yo escuchaba todo con mucha atención.

La lleve a la ducha para que se bañara y ella me dijo
- Báñate conmigo, ya me has visto desnuda.
- La verdad no puedo, aun estoy en shock por tenerte desnuda en mi casa y darme cuenta que no hemos hecho nada – había dicho algo que solo estaba en mi pensamiento.
- No tengas miedo ven.
Sonrió y empezó a quitarme la ropa, terminamos rozando nuestros cuerpos y algo más.