
La depresión, aun seguía conmigo, no sabía si era culpa de Maritza o Liliana. Maritza siempre me decía que era el amor de su vida, q nunca me iba a dejar de amar, ella me hacía creer en el amor. Pero “Todo tiene su final, nada dura para siempre”, decidió dejar ese amor, apareció un amor al sur de mi patria, acostándose con el enemigo, le prometí vivir juntos en un cuarto, él le prometió un departamento con auto incluido, y a los 5 meses de enamorados, se casaron y viven juntos.
Liliana fue lo máximo, después de lo de Maritza, ella se convirtió en una buena amiga, casi siempre conversábamos, ella tenía 34 años y trabaja vendiendo libros, por eso amo a los libros (menos de matemática, pues solo traen problemas) pues te llevan a cualquier parte. Estuvimos saliendo por 3 meses, tres hermosos meses. Iba a su departamento, no quedaba lejos de la casa de mi padrino, así q iba continuamente a verla. La primera vez q hicimos el amor, fue maravilloso, hizo q mi mente se quedara pensando solo en ella, deje todos mis problemas a un lado, y solo disfrutaba estar junto a ella, aunque al final malograron el momento, pues su hija había llegado.
Un domingo mis padrinos salieron, así que invite a Liliana a mi casa para almorzar. Ese día fue un día negro, Liliana no llego con humor, estaba renegando mucho, y cuando estuvimos en mi cuarto, me dijo: “tu solamente me deseas sexualmente”, la verdad no entendía porque decía eso, pocas veces hablábamos se sexo, casi siempre veíamos películas y criticábamos libros, la verdad no entendía porque dijo eso. “Sabes, tengamos sexo y olvidémonos de todo esto”, ¿Por qué dijo sexo y no hacer el amor?, yo me quede observando el techo, preguntándome ¿Esto es lo que sentía Maritza, cuando le trataba mal? Le dije que no iba hacer nada y que se vistiera, ella me miro, se dio cuenta que tenía una mirada fría, quizás también una mirada perdida. Ella me beso, yo le correspondí, y me dijo “hazme el amor”.
Al final me trato mal, me dijo que no servía para el sexo, y que estuvo saliendo con su ex esposo, otras vez el cielo se derrumbo para mi, y dios me dejo solo. No pude llorar, vendí todas mis lágrimas al diablo, para no sentir pena ni dolor. Solo dije: “¿Por qué nada me sale bien?”, Liliana me dio una cachetada y dijo: “¡Y yo!”. Liliana se fue al baño a cambiarse, prendí un cigarrillo y me puse a escuchar poemas de Vallejo, ya toda esperanza se había perdido.
Días después me entere que la hija de Liliana había salido embarazada, volvió con su ex y para que sea eterno su amor tuvieron sexo para tener un hijo, yo ya había olvidado esa hermosa palabra: “hacer el amor”, de ahí en adelante todo mi vida fue una mentira, usaba mascaras para aparentar estar bien, cuando por dentro sufría en grandes masas, no volví a hacer el amor o mejor dicho tener sexo con nadie.
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